Sin lugar a duda, los Roques García es una de las visitas “obligatorias” que hay que hacer cuando llegas a este excepcional paraje de las Cañadas del Teide.
Situados en el centro de las Cañadas y a los pies del Teide en su vertiente sur, los Roques García son, posiblemente, los monumentos naturales más importantes de la isla de Tenerife.
En un recorrido que puede variar entre la hora y cuarto y …. lo que creas conveniente para disfrutar del paseo, se inicia a los pies del famoso Roque Cinchado, también conocido como el “Dedo de Dios”.
Al inicio del recorrido, el corto tramo que discurre bajo el Roque Cinchado, estaremos acompañados de muchos turistas que, como nosotros, disfrutan de estos bellos y únicos paisajes. Pero por suerte, si seguimos el marcado sendero que rodea estas curiosidades geológicas, pronto estaremos solos y el único sonido que oiremos será el del viento cuando sopla.
Situados en el centro de las Cañadas y a los pies del Teide en su vertiente sur, los Roques García son, posiblemente, los monumentos naturales más importantes de la isla de Tenerife.
En un recorrido que puede variar entre la hora y cuarto y …. lo que creas conveniente para disfrutar del paseo, se inicia a los pies del famoso Roque Cinchado, también conocido como el “Dedo de Dios”.
Al inicio del recorrido, el corto tramo que discurre bajo el Roque Cinchado, estaremos acompañados de muchos turistas que, como nosotros, disfrutan de estos bellos y únicos paisajes. Pero por suerte, si seguimos el marcado sendero que rodea estas curiosidades geológicas, pronto estaremos solos y el único sonido que oiremos será el del viento cuando sopla.
Plano del Recorrido
Pefil del Recorrido
Itinerario
Para iniciar esta corta y bonita circular por los Roques García nos tenemos que acercar hasta el Parador Nacional de las Cañadas del Teide, dentro del Parque Nacional. El vehículo lo podemos dejar en la zona de aparcamiento del Mirador de la Ruleta o, al otro lado de la carretera, junto al Parador. En ambos casos no viene mal ir temprano para encontrar sitio libre ya que se llena de coches muy pronto. Recomiendan no dejar nada a la vista en los coches, ya se sabe lo que pasa con los “amigos de lo ajeno”.
Para iniciar esta corta y bonita circular por los Roques García nos tenemos que acercar hasta el Parador Nacional de las Cañadas del Teide, dentro del Parque Nacional. El vehículo lo podemos dejar en la zona de aparcamiento del Mirador de la Ruleta o, al otro lado de la carretera, junto al Parador. En ambos casos no viene mal ir temprano para encontrar sitio libre ya que se llena de coches muy pronto. Recomiendan no dejar nada a la vista en los coches, ya se sabe lo que pasa con los “amigos de lo ajeno”.
Cómo llegar
Ver mapa más grande
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0,00 h. Mirador de la Ruleta
Al final del aparcamiento del mirador, donde hay una pequeña rotonda para dar el giro, veremos a nuestra derecha un marcado camino. Es el inicio de esta interesante circular. Estamos en el Sendero nº 3. Vamos a pasar por debajo del conocido Roque Cinchado, el que salía en los billetes los de mil pesetas. Estos primeros 300 metros van a ser los más concurridos, una vez que hemos dejado atrás el famoso roque los turistas dejan de avanzar. A partir de ahora caminaremos sin apenas compañía. Lo que en un principio del recorrido era un ancho camino, una vez dejado atrás el Roque Cinchado, se transforma en sendero de tierra. Lo seguimos sin salirnos de él. Frente a nosotros tenemos la impresionante figura del Teide. En cómodo paseo vamos recorriendo de sur a norte la parte oriental de los Roques que poco a poco nos acerca a una formación rocosa denominada Roque Mendez. No sabemos si es por que estamos en enero, pero estamos caminando sin encontrarnos a nadie desde que dejamos atrás el Roque Cinchado. Así que seguimos caminando contemplado este peculiar macizo rocoso, vigilados siempre por la constante presencia del Teide. Llegados junto al Roque Méndez el sendero, que bordea éste por su derecha, serpentea entre el rocoso suelo para salvar un pequeño y corto desnivel. Nos estamos acercando a los Roques Blancos.
Al final del aparcamiento del mirador, donde hay una pequeña rotonda para dar el giro, veremos a nuestra derecha un marcado camino. Es el inicio de esta interesante circular. Estamos en el Sendero nº 3. Vamos a pasar por debajo del conocido Roque Cinchado, el que salía en los billetes los de mil pesetas. Estos primeros 300 metros van a ser los más concurridos, una vez que hemos dejado atrás el famoso roque los turistas dejan de avanzar. A partir de ahora caminaremos sin apenas compañía. Lo que en un principio del recorrido era un ancho camino, una vez dejado atrás el Roque Cinchado, se transforma en sendero de tierra. Lo seguimos sin salirnos de él. Frente a nosotros tenemos la impresionante figura del Teide. En cómodo paseo vamos recorriendo de sur a norte la parte oriental de los Roques que poco a poco nos acerca a una formación rocosa denominada Roque Mendez. No sabemos si es por que estamos en enero, pero estamos caminando sin encontrarnos a nadie desde que dejamos atrás el Roque Cinchado. Así que seguimos caminando contemplado este peculiar macizo rocoso, vigilados siempre por la constante presencia del Teide. Llegados junto al Roque Méndez el sendero, que bordea éste por su derecha, serpentea entre el rocoso suelo para salvar un pequeño y corto desnivel. Nos estamos acercando a los Roques Blancos.
0,40 h. Cascada de lava
Alcanzamos la parte más norte de este pequeño macizo rocoso. En este punto obtenemos una bella panorámica del Llano de Ucanca. Estamos en la mitad del recorrido. Llegados a este punto lo mejor, si el tiempo acompaña y no hay prisa, es parar y disfrutar de la magnífica panorámica que esta antigua cascada de lava nos ofrece. Dejamos atrás esta bonita zona para iniciar el descenso hacia el Llano de Ucanca. No dejamos de seguir el marcado sendero en todo momento, aunque parece tentador bajar por la zona de lava. El prolongado descenso nos va a ir ocultando la, hasta entonces inevitable, visión del Teide. A medida que descendemos al Llano de Ucanca vemos como cambia la visión de estos roques desde esta posición. El contraste de los colores de las rocas y su peculiar desgaste, como el roque con nidos de abeja o taffonis, hacen que la bajada sea más amena al cambiar totalmente el paisaje. Y así, poco a poco descendemos a el Llano de Ucanca y nos acercamos hasta una gran roca de unos 100 metros de altura denominada La Catedral.
Alcanzamos la parte más norte de este pequeño macizo rocoso. En este punto obtenemos una bella panorámica del Llano de Ucanca. Estamos en la mitad del recorrido. Llegados a este punto lo mejor, si el tiempo acompaña y no hay prisa, es parar y disfrutar de la magnífica panorámica que esta antigua cascada de lava nos ofrece. Dejamos atrás esta bonita zona para iniciar el descenso hacia el Llano de Ucanca. No dejamos de seguir el marcado sendero en todo momento, aunque parece tentador bajar por la zona de lava. El prolongado descenso nos va a ir ocultando la, hasta entonces inevitable, visión del Teide. A medida que descendemos al Llano de Ucanca vemos como cambia la visión de estos roques desde esta posición. El contraste de los colores de las rocas y su peculiar desgaste, como el roque con nidos de abeja o taffonis, hacen que la bajada sea más amena al cambiar totalmente el paisaje. Y así, poco a poco descendemos a el Llano de Ucanca y nos acercamos hasta una gran roca de unos 100 metros de altura denominada La Catedral.
1,10 h. La Catedral
Poco antes de llegar a esta enorme mole rocosa veremos como el camino se bifurca. Nosotros seguimos por la senda que sigue a nuestra izquierda y que pasa a los pies de La Catedral, dejando ésta a nuestra derecha. Una vez que hemos dejado atrás La Catedral iniciamos el tramo más duro del recorrido ya que hemos de superar los algo más de 100 metros de desnivel que nos separa del Mirador de la Ruleta. Por suerte estamos en invierno y la temperatura es agradable a pesar de ser las 14 h. , pero esta “txanpa” a pleno sol de verano debe hacer estragos. Así que nos tomamos con calma el ascenso hasta el mirador. En esta zona empezamos a ver de nuevo a gente. Algunos bajan hasta un pequeño collado a media altura y otros empiezan a bajar y ….. apenas han bajado unos metros se dan la vuelta. Y de igual manera que no hay mal que cien años dure, tampoco hay pendientes eternas, así que sin mucho sufrir llegamos “victoriosos” al Mirador.
Poco antes de llegar a esta enorme mole rocosa veremos como el camino se bifurca. Nosotros seguimos por la senda que sigue a nuestra izquierda y que pasa a los pies de La Catedral, dejando ésta a nuestra derecha. Una vez que hemos dejado atrás La Catedral iniciamos el tramo más duro del recorrido ya que hemos de superar los algo más de 100 metros de desnivel que nos separa del Mirador de la Ruleta. Por suerte estamos en invierno y la temperatura es agradable a pesar de ser las 14 h. , pero esta “txanpa” a pleno sol de verano debe hacer estragos. Así que nos tomamos con calma el ascenso hasta el mirador. En esta zona empezamos a ver de nuevo a gente. Algunos bajan hasta un pequeño collado a media altura y otros empiezan a bajar y ….. apenas han bajado unos metros se dan la vuelta. Y de igual manera que no hay mal que cien años dure, tampoco hay pendientes eternas, así que sin mucho sufrir llegamos “victoriosos” al Mirador.
1,30 h. Mirador de la Ruleta
Desde el Mirador, y con la satisfacción del trabajo bien hecho, damos una penúltima mirada al Llano de Ucanca. Aquí el viento se hace notar así que nos abrigamos con la chaqueta. Y con la visita al Parador Nacional, donde paramos a comer, damos por terminada esta preciosa circular por los Roques García.
Desde el Mirador, y con la satisfacción del trabajo bien hecho, damos una penúltima mirada al Llano de Ucanca. Aquí el viento se hace notar así que nos abrigamos con la chaqueta. Y con la visita al Parador Nacional, donde paramos a comer, damos por terminada esta preciosa circular por los Roques García.
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